Xabier Iriondo: "Navarra obstruye el euskera como si obstruyera Euskal Herria"

2001-04-27

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Xabier Iriondo Xabier Iriondo, asesor jurídico del Departamento de Interior del Gobierno Vasco y miembro del grupo "Zuzenbidea Euskaraz" de Eusko Ikaskuntza "Navarra obstruye el euskera como si obstruyera Euskal Herria" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala Tratándose de una persona de tan densa y sólida formación, la juventud del donostiarra Xabier Iriondo Arana resulta ciertamente sorprendente. Tras licenciarse en Derecho y cursar un Master en Derecho Europeo, la Facultad de Derecho la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea le concedió una beca de cuatro años para dedicarse al estudio de los derechos lingüísticos, donde durante un año ejerció asimismo como profesor de Derecho Administrativo. Tras su paso por el servicio jurídico del IVAP/HAEE, actualmente ejerce como asesor jurídico del Departamento de Interior del Gobierno Vasco. Aun cuando puntualmente haya elaborado informes jurídicos para ayuntamientos y particulares, su verdadera especialidad son los derechos lingüísticos, a cuyo respecto ha escrito aproximadamente una veintena de artículos en diversas publicaciones (Revista Vasca de Administración Pública, Bat, Llengua i dret, Eleria, Administrazioa Euskaraz...) e impartido conferencias tanto en Euskal Herria como en el extranjero. Forma parte del cuerpo docente del programa "Jakitez" de Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos, y es autor, junto con Gurutz Jauregi y José Manuel Castells, del libro "La institucionalización jurídica y política de Vasconia". Pertenece además al grupo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos, así como al grupo de expertos de la Comisión Europea respecto a la normalización lingüística de Moldavia. ¿Qué son exactamente los derechos lingüísticos? ¿En qué norma estatal o internacional se encuentran positivados? Lo cierto es que nos hallamos ante una cuestión bastante metajurídica, en la que convergen el Derecho, la Sociolingüística y otras cuantasdisciplinas lingüísticas. Los derechos lingüísticos, en principio, no se encuentran recogidos en ningún ordenamiento jurídico, sino que, al hallarse previstas en casi todos los textos constituciones, reciben una mayor o menor protección, aunque indirectamente. No tengo conocimiento de ninguna Constitución que prevea los derechos lingüísticos de forma directa. Hubo un intento, la "Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos", realizado en Barcelona en 1996, a través del cual se pretendía definir y alistar estos derechos, aunque ignoramos la situación actual del proyecto. El derecho lingüístico podría definirse como aquel derecho reconocido a un individuo o a una comunidad lingüística para conocer y usar el que se considera el eje principal de su identidad. El hecho de que los derechos lingüísticos no existan como tal nos lleva a buscar su protección mediante su inserción o conexión con otra serie de derechos (el derecho a la libertad de expresión, a la educación, a la libertad de cátedra, etc.), derechos concretos cuyos contenidos conforman el derecho lingüístico. Al no existir un derecho lingüístico positivo, tampoco hay un órgano judicial que se ocupe de su protección. Y el mayor problema de la polémica sobre la Justicia y el Euskera es precisamente éste. Resulta muy difícil definir los derechos lingüísticos cuando no existen como tales. Aunque formen parte de nuestra identidad, al no hallarse positivados, su protección hay que buscarla en otros derechos. ¿Cabe albergar alguna esperanza sobre su expresa previsión? Sí, pero resultaría muy difícil extraer el derecho lingüístico de otro derecho. Al enumerar los derechos lingüísticos, forzosamente hay que hacer alusión al contenido lingüístico de un derecho concreto. Los derechos lingüísticos son una entelequia: nadie sabe dónde están, pero todos hablan de ellos. Una persona tiene derecho a expresarse en su lengua dondequiera que esté. Un país tiene derecho a proteger su lengua. Incluso la propia lengua tiene derechoa existir. Pero no están ni definidos ni enumerados. ¿Qué opinión le merece la Ley de Normalización del Euskera? Desde la entrada en vigor de la Ley de Normalización del Euskera, hace veinte años, se han producido grandes avances bajo su auspicio. Cierto que determinados sectores han progresado muy poco, pero por causas no imputables a la Ley. Si sus preceptos se hubieran aplicado, hoy no estaríamos hablando de esta problemática. La Ley reconoce con absoluta claridad una serie de derechos a los ciudadanos en su actuación frente la Administración de Justicia. Son los decretos aprobados en desarrollo de la Ley los que no han podido evolucionar. La Ley en sí es buena, ha dado lugar a importantes progresos, y si sería magnífico que se cumpliera toda ella. Pero no se ha cumplido. En todo casi, no es posible sentenciar si la Ley es buena o mala a partir de su inaplicación, aunque sí se puede deducir que hay un ámbito en la sociedad al que la Ley no llega, una laguna que la voluntad política debería tratar de llenar. Valoro positivamente la Ley de Normalización del Euskera, pero sin dudar ni por un instante que se trata de una norma mejorable. El artículo 8.2, en concreto, resulta más perjudicial que beneficioso, pero la culpa no es de la Ley, sino de la Constitución. La Ley de Normalización del Euskera, aun siendo buena, ha tenido un desarrollo más bien escaso. ¿Qué valor tiene esta Ley en la actualidad? La Ley no está lo suficientemente desarrollada, pero teniendo en cuenta el actual equilibrio de poderes, considero más oportuno abstenerse de hacer la más mínima modificación, ya que la situación no haría sino empeorarse. Lo ideal sería preservar la Ley tal como está. En otra situación política, se podrían mejorar algunos aspectos, por ejemplo estableciendo unos máximos y mínimos acordes con la realidad socio lingüística, porque en algunos municipios plenamente euskaldunes la Ley resulta más bien deficiente, aunque tampoco impide seguir trabajando. Otro aspecto que podríaser objeto de modificación es el concerniente a la protección de los ayuntamientos, para que pudieran desarrollar su actividad exclusivamente el euskera, respetando en todo momento los derechos lingüísticos de los no vascoparlantes. ¿Qué opinión le merecen la Ley navarra del Vascuence y el Decreto regulador de los Perfiles Lingüísticos? El Decreto, en lugar de desarrollar la Ley, lo que hace es reducir algunos de los mínimos que éste establecía. Muchos preceptos del decreto, en mi opinión, conculcan el articulado de la Ley del Vascuence. No es el momento de juzgar esta Ley, pero, aun conformándose con ella, el decreto resulta sin duda mucho más precario y, desde luego, contrario a la ley, razón por la cual se han presentado sendos recursos con grandes posibilidades de salir victoriosos. La valoración del euskera como mérito no consta en el decreto, sino en una orden que lo desarrolla. Dado que el decreto actual deroga otro decreto anterior, se han visto obligados a aprobar una orden que además quebranta el principio de cooficialidad. Toda una barbaridad. Habría que interponer un recurso de inmediato. ¿Y qué piensa a propósito de la Política Lingüística del Gobierno Foral? Es otra barbaridad que, además, delata un absoluto desconocimiento del ordenamiento jurídico, porque de lo contrario estaríamos ante la violación del mismo, con una clara manipulación del euskera con fines políticos. No hay porqué meterse con el euskera para reivindicar la identidad navarra. Un vasco puede sentirse muy navarra. Albergo esperanzas respecto a los recursos, pero tampoco podemos esperar gran cosa. Creo que parte de la culpa la tenemos los euskaldunes; es posible que hayamos sido nosotros quienes hayamos dado comienzo a la manipulación del euskera y el asunto se nos haya ido de las manos. Navarra obstruye el euskera como si obstruyera Euskal Herria, y eso va en contra de los principios generales y de los tratados internacionales. Es una barbaridad, pero parte de la culpa es nuestra. Elescritor Aingeru Epaltza dijo en una ocasión que los vascos somos gente polémica pero de escasa trascendencia, porque nuestras reivindicaciones no suelen tener la necesaria envergadura. Para que el euskera goce de prestigio, primero habremos ser los euskaldunes quienes debamos ostentarlo. Cuando, sea en el ámbito que sea, lleguemos a la cúspide, nuestra lengua tendrá una mayor trascendencia. Pero no ha sido así. Sin embargo, la situación no va a empeorar. España acaba de ratificar la Carta de las Lenguas Europeas Minoritarias, decisión que impondrá una serie de obligaciones al Estado español y a Navarra. En mi opinión, el Decreto quebranta determinados artículos de la Carta de las Lenguas Minoritarias. ¿Qué opinión le merece la actual presencia del euskera en la Administración de la Comunidad Autónoma Vasca? La Administración tiene que adaptarse a la realidad bilingüe, y el personal a su servicio debe dominar las dos lenguas cooficiales. El Gobierno Vasco, en el decreto mediante el que procedió a determinar el porcentaje de trabajadores que deberían dominar el euskera, empleó una fórmula que considero bastante apropiada: el mencionado porcentaje se obtiene sumando el número de vascos y cuasivascos y dividiendo tal cifra entre dos. Soy consciente de las enormes desigualdades que esto acarrea. Algunos mantienen que es insuficiente, y otros que es una exageración. En mi opinión, ni lo uno, ni lo otro. Hoy en día hay más euskaldunes que hace unos años, con lo cual el porcentaje debería ser mayor. Incluso considero que la Administración, en lugar de adaptarse a los porcentajes que se presentan en la sociedad, debería anteponerse a la situación y servir de modelo. ¿Qué lugar ocupa el euskera en un mundo dominado por términos tan mayúsculos como Europa, Globalización, Nuevas Tecnologías, Inmigración...? Nuestro país es muy pequeño y el euskera tiene pocos hablantes, pero no por ello tiene que dejar de formar su propio universo, sin tener que limitarse a un determinado territorio.En Francia han promulgado una serie de leyes que protegen el francés frente al inglés. El euskera siempre ocupará un destacado lugar, tal es el arraigo que tiene en nuestra identidad, pero tiene que hacerse un hueco en las nuevas tecnologías, en el Derecho, en la Química, en la Medicina... La globalización no supondrá la desaparición del euskera, más bien entiendo que los problemas tenderán a generalizarse. En mi opinión, habría que enlazar globalización y solidaridad, de modo que todos seamos capaces de entender los problemas ajenos y juntos construyamos un mundo mejor. Fotografías: Teresa Sala Euskonews & Media 120.zbk (2001 / 4 27 / 5 4) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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