Jean Haritschelhar. Académico de Euskaltzaindia: El euskara necesita de diplomáticos

2008-06-27

VELEZ DE MENDIZABAL AZKARRAGA, Josemari

BELAXE. ITZULPEN ZERBITZUA

Nuestro semanario Euskonews & Media cumple su décimo aniversario en 2008. Por ello y dentro de un programa de actividades más amplio, mensualmente y hasta diciembre iremos publicando una entrevista especial con un personaje significativo de la historia de nuestro país en los últimos años. Se trata del mejor regalo que podemos hacer a nuestros miles de lectores semanales.

Jean Haritschelhar, oriundo de Baigorri, es bien conocido en la sociedad vasca por el gran esfuerzo realizado durante muchos años en torno al euskera. Debido a ello fue nombrado presidente de Euskaltzaindia, y mostró con gran maestría que el euskera necesita diplomáticos además de investigadores y científicos, si se pretende conseguir que la lengua avance y esté viva. Haritschelhar es un hombre polifacético y ha seguido paso a paso la evolución de nuestra sociedad durante los últimos cincuenta años a las dos orillas del Bidasoa.

Hace un tiempo hubo un libro que fue lectura de muchos vascos: Etre Basque (Ser vasco) editado por Jean Haritschelhar ¿Qué significa ser vasco?

¿Ser vasco? La respuesta a su pregunta gira en torno a dos ejes principales: la sangre y la tierra. Al hablar de sangre nos referimos a la historia de cada familia, comenzada por nuestros antepasados y que se prolonga de generación en generación hasta este nuestro siglo XXI. La sangre hace el linaje, vasco desde el principio, que continúa siéndolo, y para el cual el euskara es Odolaren mintzoa o «la voz de la sangre» como bien expresó el fallecido poeta Xalbador.

Cuando hablo de tierra, me refiero a Euskal Herria en su integridad. No es sólo la sangre lo que da a alguien su personalidad, también se la da la tierra, ya que vasco es el que ha nacido en Euskal Herria. En este caso, en euskara prefiero emplear otra palabra creada por Sabino Arana Goiri: euskotarra. Ciertamente, del mismo modo que quien ha nacido en Francia es francés, el nacido en el País Vasco es vasco.

La historia nos muestra que hay vascos que partieron y han vivido fuera del País Vasco, en América, empezando por Méjico y en casi toda Suramérica, exceptuado Brasil, y también en Norteamérica, en los Estados Unidos o en Canadá, y en muchos otros lugares del mundo. No creo que se les pueda negar que sean vascos. Aunque por vivir en el extranjero no sepan el idioma, tal y como sucede en el mismo País Vasco con las familias vascas que han abandonado la lengua de nuestros antepasados, es la sangre la que les proporciona la identidad vasca.

En el caso de la tierra, los hijos de las personas venidas del extranjero, puesto que los nacidos en el País Vasco son vascos, debieran de aprender el euskara. Si no lo hacen, pierden una parte del tesoro que posee el pueblo pero siguen siendo vascos. Sin embargo, en Hegoalde es evidente que cada vez hay más niños vascos invitados a aprender el idioma y que así lo hacen, gracias a un entorno político favorable. En Iparralde, por el contrario, los hay de las dos categorías. Hay gente que aun siendo de fuera, desean integrarse en el entorno vasco y mandan a sus niños a la ikastola o a escuelas públicas o privadas del modelo B. Es un buen paso hacia la euskaldunización. Otros, por el contrario, viven en el País Vasco como forasteros, como si estuvieran en una colonia. A estos hay que pedirles el respeto que el País Vasco y los vascos merecen.

Dado que los habitantes del País Vasco son vascos, todos deberían tener el mismo objetivo. El vasco que sea euskaldun, vascófono, debe mantener vivo el euskara en la familia, en la escuela, en la calle, en todas partes; el vasco no euskaldun, por su parte, debe de dar los pasos necesarios para aprender el euskara y euskaldunizarse.

Esa definición determina de alguna manera las fronteras éticas; pero si lo observáramos desde el punto de vista antropológico, el ser vasco ha cambiado sus coordenadas y cara al futuro las cambiará mucho más profundamente. Eso en estos últimos tiempos se está dando con mucha mayor claridad. ¿Cómo ve en este proceso lo que el propio Jose Miguel Barandiaran definía como núcleo vasco?

Yo lo veo con más amplitud sin duda alguna, pero al mismo tiempo reclamo que los que vengan aquí deben mostrar ese respeto tanto por el País como por la lengua. En este aspecto, también soy de la opinión de que el euskara poco a poco alcanzará un estatus digno, cuando pasemos del 50%; entonces ya no será algo local, entonces, sin duda alguna, los que vivan aquí tendrán que saber las dos lenguas. Es decir que quienes hemos adquirido el euskara de nacimiento necesariamente tenemos que valernos del mismo y para todo, pero al mismo tiempo los que vivan aquí tienen que considerar que cara al futuro tendrán que aprender la lengua del lugar, puesto que ésta es la lengua del lugar.

Tomaré Bélgica como ejemplo; hay quienes hablan neeerlandés y quienes hablan francés, pero para que Bégica perdure, será necesario, por una parte, que los francófonos aprendan el neerlandés y, por otra parte, que los neerlandófonos aprendan el francés; de esa manera podrán convivir, y para mí, sabiendo que nunca habrá una Euskal Herria con una sola lengua sino con dos o tres, y en esto borro la frontera ya que son tres las lenguas que tenemos. Pienso que un día, sin duda, los habitantes de Hegoalde tendrán que saber las dos lenguas, el euskara y el español, y que los que viven aquí, en Iparralde, tendrán que saber el francés y el euskara. Eso es lo que está auténticamente en juego entre las dos lenguas de las dos partes. Esto es, que las dos lenguas estén al mismo nivel. Eso es lo que poco a poco hay que conseguir.

Euskal Herria, Hegoalde e Iparralde; tengo la impresión de que en éste el euskara y el nacionalismo no han ido unidos. Pienso que en Hegoalde se da una situación diferente, parece como que los vascófonos sean un poco más patriotas...

¡No del todo!

Pero en parte sí. ¿Eso lo da la educación? ¿O es que en Hegoalde el túnel de cuarenta años que hemos padecido ha producido una cohesión que aquí no se da?

La verdad sea dicha, creo que tiene razón en eso; ustedes han tenido una historia que nosotros no hemos tenido. Ha habido tres guerras, en el siglo XIX, las guerras carlistas y de ahí salió, sin lugar a dudas, el nacionalismo y después vino lo que yo llamo la tercera guerra carlista, es decir la guerra civil.

Bien, las tres fueron, por decirlo así, contra Madrid; sin embargo, ¿qué es lo que ha ocurrido aquí? Que en el siglo XIX Francia perdió su guerra contra los alemanes y que entoncés surgió un nacionalismo francés desconocido anteriormente. Ésa fue la primera guerra, que se perdió; la segunda, la del 14-18 se ganó, pero entonces los vascos lucharon en el ejército al lado de Francia, y otros vascos se fueron a Hegoalde y a América. Luego, en 1939, vino la tercera, que duró 5-6 años, y eso es lo que hizo surgir un determinado ambiente, es decir que aquí siempre ha ganado el nacionalismo francés. Así pues, en eso consiste la diferencia, ustedes siempre han estado a favor de Euskal Herria y en contra de Madrid, y aquí en cambio a favor de Francia, de ahí surge el desequilibrio.

¿El alemán como tirano extranjero?

Eso es lo que ha ocurrido. ¿Y qué sucede ahora? Que nos hemos reconciliado con Alemania y que Europa es el objetivo. Aunque eso también habrá de hacerse poco a poco. Yo he dicho muy claramente y más de una vez que soy vasco de nacimiento, francés por ley y europeo de propósito. Europa es mi objetivo aunque no sepa dentro de cuantos años...

Es cierto que en Iparralde ese sentimiento europeo está mucho más enraizado que en Hegoalde, por la razón que usted ha apuntado. ¿Y no cree que ese sentimiento de pertenencia que podamos tener nosotros en Hegoalde, está creciendo poco a poco en Iparralde?

Estoy seguro de eso ya que nosotros sufrimos un bajón tremendo; ésa es la verdad, y yo no puedo hacer nada en contra de esto, porque es la realidad. Pero al mismo tiempo, con la aparición de las ikastolas, vemos que el euskara es cada vez más aceptado, y aunque nuestras más altas autoridades no sepan nada de euskara, lo aceptan; es decir que el euskara poco a poco va adquiriendo su dignidad, y cuando veo que las cifras más recientes indican que el descenso se ha detenido, que hemos estado en una especie de llano y que subimos un poco... Yo creo, precisamente, que cada vez subiremos más. ¿Por qué?

Porque hemos visto poco a poco con nuestro proceder que el euskara necesitaba su lugar, que los demás lo aceptaban, y que ahora veo, por ejemplo, que el organismo Euskal Kultur Erakundea (Instituto Cultural Vasco) en su asamblea general lo hace todo en euskara y que se traduce, de forma que los que así lo deseen no tienen más que procurarse la traducción, pero hacer, se hace en euskara. Observo también que en cualquier inauguración o ceremonia de este tipo, en las intervenciones de Euskal Kultur Erakundea, los discursos siempre se hacen primero en euskara y posteriormente en francés, y que las autoridades aceptan que el euskara vaya en primer lugar. Pienso que en esto hemos dado un paso considerable. Es más, estas últimas fechas, concretamente el 24 de enero, el mismo día de mi homenaje en Bilbao, se firmaba un acuerdo en el que el Euskararen Erakunde Publikoa (Office Publique de la langue basque) que es una entidad oficial en la que se integran el Estado, Aquitania, el Consejo General, más la asociación de municipios de Iparralde, todos ellos reconocen a Euskaltzaindia como asesor en cuestiones referentes al euskara. En mi opinión, se trata de un gran paso. Me parece que el ambiente está cambiando poco a poco; no creo que sea necesaria una revolución; yo prefiero avanzar paso a paso, y eso es lo que he hecho toda mi vida, siempre ir paso a paso, y al final lo lograremos.

Seguramente la fuerza que pueda haber en Hegoalde habrá contribuido también; aunque claro está que lo que haya de hacerse aquí lo ha de hacer Iparralde, pero lo del sur del País puede servir para poner los cimientos, ¿no es así?

No es poca la ayuda aportada por Hegoalde. Creo que sobre esto hay algunas cosas que decir, y en este punto tengo que subrayar el trabajo realizado por Josemari Muñoa. He estado no sé cuántos años con él en Ustaritz, trabajando con Euskal Kultur Erakundea precisamente, y conozco el trabajo que ha llevado a cabo. En esto observo que ha sido un hombre verdaderamente inteligente, abierto también, pero que al mismo tiempo ha mostrado que el euskara debía ocupar su lugar. Y cómo no mencionar la actuación de Miren Azkarate, que tengo en gran estima. Porque en este terreno también se han firmado acuerdos tanto con el Instituto Público como con el Departamento de Cultura, y con frecuencia vemos a Miren aquí estableciendo relaciones no solo con Euskaltzaindia sino con el Gobierno Vasco también; no crea que hace algún tiempo era posible tener relaciones con dicho Gobierno, mientras que ahora éstas se producen con normalidad. Ahí también se ha dado un gran paso.

Sin duda, de hecho todavía recordamos cómo en la entrevista que celebraron en su día el lehendakari Ardanza y el presidente del Consejo General, Bayrou, éste veía Hegoalde como si fuera Marte o la Luna, como algo muy lejano, y creo que, felizmente, poco a poco las dos sensibilidades se están acercando.

Quisiera analizar un poco la actitud de Bayrou. Por una parte, yo diría que Bayrou es bearnés y que sabe el bearnés, es decir que nos es cercano, y que cuando fue Ministro de Educación reconoció las ikastolas. Llegó a un acuerdo con Seaska y esto no es cosa que debamos olvidar. También quisiera decir que cuando Bayrou fue nombrado presidente del Consejo General yo me puse en contacto con él y que la dirección de Euskaltzaindia tuvo una reunión con Bayrou aquí, en Bayona, y que entonces le expliqué qué era Euskaltzaindia, a qué nos dedicábamos, cuál era nuestra visión, y ese mismo día nos invitó a Pau. Euskaltzaindia hizo una reunión en Pau, primero la habitual, entre nosotros, y depués abierta, y allí Bayrou nos dio la bienvenida y yo le respondí, en euskara en primer lugar, después en francés y finalmente en español, porque allí estaba el Consejero de Cultura que había venido de Navarra enviado por Alli y también estaban allí Ardanza, Eli Galdos Diputado General de Gipuzkoa, Jose Alberto Pradera Diputado General de Bizkaia y Alberto Ansola también fue representado desde Álava. Es decir, que en aquel día, el 30 de julio de de 1993, se materializó el «Zazpiak bat» en Pau. Así lo llaman en el Parlamento de Navarra. Por lo tanto también se ha dado un paso en ese terreno. Después Euskaltzaindia fue reconocida como asociación de utilidad pública en 1995 gracias a dos hombres: Bayrou Ministro de Educación y Lamassoure el entonces ministro europeo que fueron quienes obtuvieron de Pascua la denominación de utilidad pública para Euskaltzaindia. Es decir que cuando hablas con gente que no conoce el euskara y le haces ver cuál es nuestra labor y cómo la desarrollamos, es decir con rectitud, sin engaños ni intrigas, entonces ellos también comprenden quiénes somos.

Me parece que Euskaltzaindia actuó con gran previsión al nombrar a Haritschelhar presidente y que esto ha redundado en beneficio del euskara, no solamente debido al excelente trabajo que ha realizado Vd. desde Euskaltzaindia, sino por haber tendido puentes a uno y otro lado. Esto que plantea usted ahora es un trabajo de diplomático. Quién sabe lo que hubiera ocurrido si en vez de Haritschelhar el presidente hubiera sido, pongamos por caso, un alavés con poca sensibilidad hacia Iparralde...

Lo que sucedió fue que cuando Villasante tuvo el accidente en el monte, consideró que tenía que dejar el cargo y un día me dijo que quizás yo podría ser presidente de Euskaltzaindia. Yo enseguida le pregunté si creía que tal cosa era posible. ¿Me aceptarán? Él me respondió que lo tenía que averiguar, y al cabo de dos o tres meses me vino a decir que sí, que con toda seguridad sería aceptado. Se hizo el cambio de presidente y recuerdo que todo esto se hizo en la Diputación de Bizkaia precisamente, estando presente Ardanza. Recuerdo que en aquella ocasión Krutwig me dijo: «¿Qué ha pasado hoy? ¿Cómo es que nunca se ha hecho nada parecido?» Yo le respondí: «Pero Krutwig, es que las cosas han cambiado, ya no es lo mismo, ahora hemos pasado a otra situación, y yo creo que eso es interesante para nosotros.» De forma que durante dieciséis años he sido presidente de Euskaltzaindia. También he de decir que el entonces Ministro de Cultura francés, Jack Lang, me envió una carta para felicitarme. ¡Que no es poco! La guardo en casa y es la primera vez que lo menciono, y es que creo que estas cosas hay que decirlas. En el traspaso de cargo dije que Euskaltzaindia ya andaba metida en trabajos de mucho calado y que nosotros, claro está, teníamos que continuarlos, y así ha sido.

Ha mencionado algunos contactos que ha tenido en su trayectoria, y yo fui testigo, por ejemplo, de la cantidad de gente que acudió a su pueblo natal, Baigorri, cuando Eusko Ikaskuntza le otorgó en 2005 el premio Manuel Lekuona. Los había de todas las tendencias políticas y esto quiere decir que ha cuidado mucho las relaciones, que ha trabajado la diplomacia. ¿El euskara y Euskal Herria están necesitados de diplomáticos?

Recuerdo que a ese acto de Baigorri vinieron Jose Juan Gonzalez de Txabarri y Lasserre. Es decir, las máximas autoridades de Gipuzkoa y de los Pirineos Atlánticos. Ahí estaban los dos, cosa que era un poco sorprendente para mí que no pensaba que iba a recibir tal honor. Creo que he sido aceptado tanto en un lado como en el otro. ¡Ya lo creo que el euskara necesita de diplomáticos!

Nos ha contado cómo llegó a ser presidente de Euskaltzaindia. En mi opinión, Vd. ha llevado a cabo un trabajo admirable, ha sabido mantener un equilibro, pero a mí me gustaría saber cuáles han sido los momentos más duros y los más agradables de todos esos años.

Cuando firmamos el convenio de 1989 con las tres Diputaciones y con el Gobierno Navarra, todos reconocieron la importancia de Euskaltzaindia con respecto al euskara, que había que ayudarla. Ése fue, digamos, el agradable. Pero después vinieron tiempos duros también, principalmente en lo referente a la ayuda económica. Nosotros andábamos metidos en trabajos de gran calado, esa clase de trabajos requieren su tiempo y me parece que alguien pensó que quizás no estábamos haciéndolo como debiéramos, de forma que nos recortaron las ayudas. Pero poco a poco se dieron cuenta de que las labores que realizábamos eran realmente serias.

Cuando se consideran los dieciséis volúmenes del Diccionario General, uno se da cuenta de que éste no es trabajo que se haga de un día para otro. Cuando se consideran los resultados de las encuestas del Atlas, resulta evidente que Euskaltzaindia ha regogido por medio de sus investigadores el euskara escrito durante cinco siglos y el euskara hablado, un extraordinario tesoro. Tal y como en Francia existe «Le trésor de la langue française», Euskaltzaindia también tendrá algún día un diccionario que se llamará «Tesoro del euskara», con el euskara escrito y hablado en todos los dialectos de sus siete provincias.

Otra época difícil fue cuando Navarra rompió el convenio firmado en 1989 porque no quería tener ninguna relación con la Comunidad Autónoma Vasca. Reanudamos nuestras relaciones con Navarra, pero aquella ruptura permanece en mi memoria como un triste recuerdo.

Otro recuerdo agradable para mí es el nombramiento de presidente de Euskaltzaindia y también la visita a los reyes de España en Madrid, con el pensamiento de que alguien de Iparralde iba a hablar ante ellos y teniendo muy claro que eran mis compañeros de Euskaltzaindia los que debían escribir el discurso que tenía que hacer. Al hablar con todos, Euskaltzaindia muestra que la protección y promoción del euskara es su única política.

El rey estaría asombrado de ver a un ciudadano francés hacer la defensa del euskara, cuando seguramente pensaría que el euskara es únicamente un tesoro del estado español...

No lo sé, lo que sí quisiera añadir es que cuando acabó el acto dijo el rey a los periodistas presentes que quería seguir con nosotros y que se fueran. Recuerdo que entonces la reina me preguntó por la situación del euskara en Francia. Le respondí y al acabar la reunión saludé a la reina primero y el rey me dijo: «Eskerrik asko». Por lo menos eso ya lo sabía.

Antes ha dicho que Euskaltzaindia no debe hacer política...

A cada cual su trabajo: la política que la hagan los políticos, y como ciudadanos los académicos de Euskaltzaindia si así lo desean, pero Euskaltzaindia no puede meterse en política, tiene otras cosas que hacer. De esta manera todos la aceptan. Por ejemplo, cuando la Diputación Foral de Bizkaia nos dió la sede de Plaza Barria, se gastó mucho dinero, con el amueblamiento y equipamiento interiores sufragados por el Gobierno Vasco, el Gobierno de Navarra y la ayuda de las otras dos Diputaciones Forales; el día de su inauguración en 1991 fue un día auténticamente maravilloso porque todas las autoridades estaban presentes: Ardanza y Alli, los dos presidentes de gobierno, y los tres diputados generales.

Es cierto que cuando una autoridad toma posesión de su cargo, Euskaltzaindia le hace una visita de cortesía, sea del color que sea el dignatario. Así se ha actuado siempre con los dos presidentes de gobierno, con los diputados generales, con los alcaldes de ciudades grandes, con el mismo Bayrou. He tenido buenas relaciones con todos, he sido bien recibido no solo en Hegoalde o Iparralde sino también en Madrid, Barcelona, Valencia...

Lo mismo sucede con el actual presidente, tanto cuando se trata de inaugurar la delegación de Bayona como cuando se presenta en el «Herri urrats» de Senpere. Se trata del presidente de Euskaltzaindia, y tanto a los vascos como a los estudiosos del euskara les da igual que sea de Hegoalde o de Iparralde. Es el presidente de Euskaltzaindia.

Jean Haritschelhar, hombre universitario, político, lingüista... Como profesor emérito de la Universidad de Burdeos ¿cómo ve la situación universitaria de Iparralde? ¿Para cuándo una universidad propia?

No sé cuándo será, pero estoy seguro de que un día la habrá. Todos me dicen que soy un optimista, que estoy lleno de esperanza. Pero en esto también hay que ir paso a paso. Le voy a contar lo que pasó. Hace tiempo pensamos que había que llevar las cosas como se deben. Es decir, el euskara aparecía como una lengua de segunda fila tanto en Burdeos como en Pau, no estaba a la altura de las demás lenguas, y nuestra propósito era que el euskara estuviera en el primer nivel. El primer paso fue crear la UEU (porque nació aquí, en tiempos del franquismo, cuando nosotros éramos símbolo de libertad). La Universidad Vasca de Verano (UEU) la fundamos Xarriton y algunos otros, pero no de cualquier manera. Quiero decir que obtuve el permiso del rector de Burdeos para hacerlo en el liceo Maurice Ravel de San Juan de Luz. Es decir, en un lugar oficial, y así se hizo durante tres años. Después, por falta de sitio, nos fuimos a la casa Landagoien de Ustaritz y ahí estuvimos cuatro años y después pasamos a Hegoalde. Nosotros fuimos los fundadores y también decidimos que todas las clases se desarrollarían en euskara.

Después vinieron otros tiempos, el período en que Mitterrand fue presidente electo de Francia. Entonces dimos el segundo paso, ya que entretanto habíamos organizado un grupo con un objetivo concreto: organizar los estudios vascos en Bayona, en el ámbito de la universidad. Los creó la Universidad de Burdeos, una vez obtenido el permiso de Perez, por entonces presidente de la Universidad. También la Universidad Burdeos II dio su permiso; la de Pau, en cambio, no. Recalco esto porque no puedo olvidar los conflictos que he tenido con los representantes de Pau.

Con todo, tengo que decir que el entonces presidente de la Facultad de Bayona, aun siendo profesor de la universidad de Pau, fue quien nos abrió las puertas para que pudiéramos valernos de los medios de la administración. El día de la inauguración, en octubre de 1981, hablaron el alcalde de Bayona Henri Grenet, el señor Lavrof presidente de Burdeos II, Perez de Burdeos III y quien estaba a la cabeza de nuestro grupo, Julian de Ajuriagerra, ex profesor del Collège de France. Los títulos que dábamos eran títulos universitorios, cuatro UV (unidades de valor) y el certificado el tercer año. Estuve dirigiendo estos estudios de 1981 a 1986, año en que me jubilé. Me quedé asombrado al ver que 129 alumnos se matriculaban el primer año, lo cual ponía de manifiesto la necesidad de una estructura de este tipo.

El tercer paso vino un poco más tarde. Mientras tanto, las relaciones entre las universidades Burdeos III y Pau fueron suavizándose, y justamente durante el curso 1985-1986 firmaron un acuerdo por el cual se aprobaba que profesores de las dos universidades pudieran dar clase y que los títulos otorgados llevaran los sellos de ambas universidades. Al cabo de dos años, cuando Mitterrand ganó por segunda vez, el Ministro de Educación, Jospin, aprobó los títulos oficiales de euskara, el DEUG, la licenciatura, el master y las oposiciones a profesor. Entonces nuestro sueño se hizo realidad. El euskara hizo su ingreso acompañando a todas las demás lenguas, como primera lengua, con los mismos títulos que tenían las demás. A partir de entonces, en la facultad de Bayona se preparan en euskara los profesores de primer y segundo grado, cosa que se hacía por primera vez en Francia.

Por aquel tiempo, en 1983 si mal no recuerdo, organicé el grupo de investigación Iker, asociado al C.N.R.S de París. Lo componíamos tres o cuatro investigadores. Cuando yo me fui Orpustan tomó el relevo, después Beñat Oyharzabal y hoy en día lo lleva Rikardo Etxepare. En esta institución están las dos universidades (Burdeos y Pau), todavía se denomina Iker y en la actualidad reúne a veinte investigadores, y en tiempos de Orpustan sacó una nueva publicación llamada «Lapurdum». A la vista están los pasos dados en el ámbito universitario en un cuarto de siglo.

Que Bayona tenga su propia universidad es otro asunto porque es el gobierno quien crea las universidades y Pau siempre estará en contra, ya que no quiere recortes. El departamento y la universidad van de la mano.

¡Siempre Esperanzado! También ha sido alcalde, de afiliación política socialista ...

¡Yo nunca! No, no, que yo voté a favor de Mitterrand es cosa clara y meridiana, porque no aceptaba ni a Chirac ni a Giscard d’Estaing ni a ninguno de esos, pero afiliado no lo he sido nunca.

¡Perdón! De todas formas usted puede tener un punto de vista bastante aséptico, ¿Cómo ve la situación política de Iparralde con respecto a Francia?

En Iparralde los partidos políticos franceses, es decir los seguidores de la UMP, los centristas y los socialistas, tienen la mayoría y obtienen todos los cargos. Pero poco a poco los nacionalistas van haciéndose sitio. Mi consejero general, porque yo voto en Baigorri, es el nacionalista Jean Michel Galant1, y ahora se presenta otra vez. También se observa que algunos nacionalistas colaboran con otros partidos, que no hacen una oposición total; lo han hecho en Biarritz donde Jakes Abeberry ha mostrado que los nacionalistas también saben llevar las cosas como es debido y con amplitud de miras. Creo que ése ha sido el primer mensaje; después, poco a poco se observa que algunos nacionalistas han llegado a la alcaldía. Pondré un ejemplo: en Hiriburu todos saben que Alain Iriart es abertzale, pero ahora no sé qué va a pasar en Hiriburu. Hasta ahora en las elecciones locales no se ha presentado nadie en su contra; eso quiere decir que lleva las cosas como es debido, y también se presenta para el Consejo General. Algunos dicen que ha dejado su nacionalismo a un lado. Pero eso no es más que estrategia. Yo sé que es abertzale y que actuará como abertzale. Es decir que si gana en Hiriburu, y yo pienso que lo hará, y si Jean Michel Galant ganara en Baigorri, habrá dos nacionalistas. Poco a poco, los nacionalistas están entrando en el gobierno de todos los pueblos, y yo creo que eso es necesario. Puesto que si estás en la mayoría puedes hacer algo. Cuando estás en la oposición, de una forma ideal, no haces nada. En esto también paso a paso, poco a poco, hay que entrar en los gobiernos municipales. Ahí es donde hay que mostrar una postura que ponga de manifiesto el carácter abertzale en cuestiones referidas al euskara o en otros temas. Los abertzales también tienen ideas y está claro que actualmente el nacionalismo avanza también en Iparralde.

Pensemos en el tiempo que pasó desde que los hermanos Arana Goiri fundaron el PNV, en 1895, hasta que lograron la mayoría en la Diputación de Bizkaia. Unos 20 años. Las cosas no se hacen de un día para otro. El cambio necesita su tiempo y, como decía Mitterrand, hay que dar tiempo al tiempo.

¿Tiene tiempo el sueño de un Departamento Vasco?

Hace poco una comisión presidida por el señor Attali entre otras medidas propuso eliminar los departamentos. Según eso, claro está, ya podemos despedirnos del departamento vasco. Pero Sarkozy, tras escuchar los gritos en contra de dicha propuesta, inmediatamente ha hecho saber que no tocará los departamentos. Permanecerán por lo tanto, pero por ahora no creo que el gobierno francés vaya a decidir la división del departamento.

Hay que decir que los políticos más importantes, diputados, senadores, alcaldes de Bayona, Biarritz, Anglet y, cómo no, la ex alcalde de San Juan de Luz y hoy ministra francesa de Interior están en contra. También es cierto, sin embargo, que en Francia hay departamentos más pequeños, tanto por territorio como por habitantes, unos treinta en total. Pero las autoridades francesas desconfían de los vascos, porque tienen miedo de que algún día se reúnan Hegoalde e Iparralde. Como he dicho antes, el departamento y la universidad van juntos y a éstos quisiera añadir la Cámara de Agricultura y la oficialidad del euskara. Francia, país de los derechos del hombre, pero también un país absolutamente jacobino, no lo va a aceptar de inmediato. Algún día, quizás. ¿Pero cuándo?

¿Y cómo lo ve respecto a toda Euskal Herria?

Antes le he comentado que soy europeo, yo sueño que un día habrá una Europa Federal. No vamos en esa dirección y el Tratado de Lisboa que se va a aprobar ahora no nos lleva por ese camino, pero creo que un día Europa tendrá que mostrar que es una. Somos 27 y puede que dentro de unos años seamos 30, pero las cosas tendrán que suavizarse entre todos.

Algún día, necesariamente, habrá una Europa Federal. ¿Para cuándo? Eso no lo sé, pero en esa Europa Federal quizás pueda aparecer una Euskal Herria unificada. En forma de región, ¿quién sabe? No veo otro sueño.

Sin duda alguna, como ex director del Museo Vasco de Bayona, no querrá ver a Iparralde como pieza de museística...

¡No! Pero en esto quisiera cambiar un poco la perspectiva. Un museo no es algo muerto. Un museo está vivo y junto al museo hay algunas fuerzas como los Amigos del Museo Vasco, que tienen su importancia. El museo es un tesoro y el País Vasco necesita ese tesoro. Y es que de ese tesoro salen investigaciones. Si nos fijamos en mi época, yo volví a publicar el Bulletin du Musée Basque y en ese boletín aparecieron no sé cuántos trabajos de investigación hechos por gente de la universidad. Ahí constatamos que no es un mero lugar de exposiciones, que ese lugar produce trabajos de investigación y que ahí hay vida. Por lo tanto, Iparralde no será nunca una pieza de museo en Euskal Herria; es evidente, muestra lo que antaño era Euskal Herria, pero como ese tiempo ha pasado, se introducen otras variables y por ahí se ve también cómo cambia Euskal Herria.

Yo creo que todo eso hay que mostrarlo en un museo. Yo procedí de esa manera, dando a conocer qué tipo de transformación hemos conocido en los últimos 50 años y cómo un museo debe dar cuenta de ello.

Voy acabando poco a poco. Al gran y polifacético Jean Haritschelhar, director de museo, profesor universitario, académico, alcalde... ¿Qué le gustaría para el País Vasco?

Que el euskara vaya tomando cada vez más fuerza, que sea cada vez más reconocido, respetado, que cada vez se produzca más transmisión. Los niños que han pasado por la ikastola hablan en euskara, hacen sus estudios en euskara y en su día serán padres. Pienso al mismo tiempo que ellos querrán llevar a cabo la transmisión, que sus hijos conocerán el euskara y que poco a poco las cosas cambiarán. Es decir, viendo el generoso trabajo que las ikastolas han hecho cara al futuro, viendo que finalmente tanto en la escuela pública como en la escuela privada se impulsa el modelo B, yo pienso que estamos en el buen camino.

Fue en 1969 cuando surgieron las ikastolas en Iparralde, y ahora ya han conseguido la oficialidad, como las demás escuelas. Mis nietos han pasado por ahí y creo que ha sido una auténtica revolución. No la que se hace de un día para otro, no, no, una revolución profunda, de las que cambian las cosas poco a poco. Yo tengo fe en eso y veo un Iparralde totalmente cambiado. Tal y como las ikastolas han conseguido su oficialidad, ¿por qué no lo va a conseguir la Cámara de Agricultura? Ha sido hecha para ayudar a nuestros labradores, para crear otro tipo de agricultura. El País Vasco la necesita y pienso que las cosas están avanzando en este sentido, que de aquí a 12 años, en 2020, las cosas habrán cambiado totalmente.

Las chicas vascas ya no son, como eran antes, criadas en Bayona, Burdeos o París, ni los chicos se van América, París o Burdeos porque falta trabajo, sino que ahora las chicas ingresan en la universidad y hacen sus estudios; el vasco cada vez es menos un hombre que vive apartado con su trabajo en el campo; no, ahora nuestros labradores han hecho el bachillerato y, en consecuencia, llevan las cosas de otra manera, ésa es la mayor transformación que se ha producido en los últimos cuarenta o cincuenta años. Así pues, el País Vasco de mañana no será como el de ayer, el Iparralde de mañana mostrará que es capaz de hacer algo y de gestionarlo como es debido.

Al venir a Bayona nos hemos percatado de que en Biriatu están desapareciendo las dependencias fronterizas y demás, ¿desaparecerán algún día nuestras fronteras mentales en lo que respecta al Norte y al Sur del País Vasco?

Yo creo que una frontera entre estados puede desaparecer pero que la gente mantiene la frontera en su interior. Con todo, considerando cuánta gente de Hegoalde vive en Hendaya, pienso que el ambiente puede cambiar, es decir, que poco a poco la gente de Hegoalde va conociendo mejor Iparralde, de la misma manera que la gente de Iparralde va conociendo mejor Hegoalde. Se acabaron los tiempos del siglo XIX, en el que cada cual vivía en su valle y jamás salía del mismo.

Tengo una pequeña anécdota sobre esto. Yo tenía un amigo en la escuela de Baigorri que vivía en Belexi, un barrio que está en el monte. Venía a la escuela a Baigorri y luego se volvía a su casa. En 1942, los alemanes reunieron a los jóvenes; primero los hicieron trabajar en una cantera de Baigorri y más tarde tuvieron que ir a Alemania a hacer el STO (Servicio de Trabajo Obligatorio). ¿Qué hicieron aquellos jóvenes de Baigorri? La mayoría no lo dudaron y pasaron la muga, la auténtica muga, por Erratzu y Elizondo y después se dirigieron a Miranda de Ebro y de ahí a Marruecos. Entonces Franco actuó con habilidad porque España siendo neutral no debía haber dejado trasladarse a Marruecos a la gente. Una vez allí mi amigo encontró algunos baigorriarras e ingresó en el ejército francés. Allí estaba el comandante Minjonet que luego fue alcalde de Baigorri antes que yo, que acabaría la guerra como coronel, e ingresaron en la segunda División Blindada. De Marraquech se trasladaron a Londres y entraron en Francia en junio de 1944, liberaron París, luego Estrasburgo y de ahí fueron a aquel escondite de Hitler. Aquel muchacho volvió a casa en tren y cuando salió de la estación de Bayona vió la catedral, el río Adur y dijo: «¡Qué hermosa es Bayona!» Era la primera vez que iba a Bayona. Es decir que muchos no tenían la oportunidad de ir de Baigorri a Bayona. Así era en 1939-1940, cada cual vivía en su entorno. Conocían a gente de otro pueblo, quizás iban de Baigorri a Garazi los días de mercado... Ahora basta coger el auto en Mauleón y en dos horas estás en Bilbao. Hay más relación entre la gente de Hegoalde e Iparralde. Así que ya ve que las cosas no son en absoluto como eran, el entorno ha cambiado totalmente.

Jean: lo veo totalmente positivo y le deseo que siga así por muchos años...

Sí, me dicen que soy demasiado optimista, esto no quiere decir que no veo las cosas tal y como son, sino que veo un nuevo camino. Yo volví a Euskal Herria en 1962; vivía lejos de Euskal Herria, en París y en Agen; vine al Museo Vasco y ya hace 46 años que vivo aquí; ahí están mis recuerdos de entonces y también los de ahora, y me doy cuenta de lo que había antes y lo que hay ahora, qué transformación tan grande ha conocido Iparralde.

¿Pero usted conocía Bayona, no?

Yo conocía Bayona.

No sé bien si ha dicho que es demasiado optimista (baikorregi, en euskara) o demasiado baigorriarra... Soy optimista, y baigorriarra. Jean Haritschelhar Duhalde (Baigorri, 1923) Jean Haritschelhar Duhalde nació en Baigorri el 13 de mayo de 1923. Hizo sus primeros estudios en la escuela pública local. Más tarde estudió en Bayona, Mont-de-Marsan y Toulouse. Doctor en Letras por la Universidad de la Sorbona de París, con las tesis “El poeta Pierre Topet-Echahun” y “La obra poética de Pierre Topet-Etxhaun”, en 1969. En el campo profesional, ha sido profesor en el Instituto de Agen de 1952 a 1959 y de 1962 a 1986 ha sido catedrático de Lengua y Literatura Vasca en la Universidad de Burdeos. En 1962 fue nombrado director del Museo Vasco de Bayona y resucitó la revista Bulletin du Musée Basque que publicaba el comandante Boissel, creador del museo, antes de la guerra pero que fue silenciada en 1943. El 19 de diciembre de 1949 se casó con Colette Neveu. Vivieron con sus hijos en Boulogne-sur-Seineko y en Agen, Gascuña. También en 1962 fue nombrado director del Museo Vasco de Bayona. En ese mismo año Euskaltzaindia lo nombró miembro de número. Del 1966 a 1988 fue Vicepresidente de Euskaltzaindia y en 1989 fue nombrado Presidente, para sustituir a Luis Villasante, puesto en el que permaneció hasta el año 2004. Entre 1971 y 1980 fue alcalde de Baigorri, su localidad natal. En 1988 lo fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco y en 2004 la Sociedad de Estudios Vascos le dio el Premio Manuel Lekuona. 1 En las elecciones posteriores a esta entrevista Galant no fue elegido para el cargo.
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