Mario Salegi: "Hay que reconstruir Euskal Herria desde la educación y la cultura"

2000-07-14

SALA, Teresa

Elkarrizketa: Mario Salegi Mario Salegi, periodista y escritor "Hay que reconstruir Euskal Herria desde la educación y la cultura" * Traducción al español del original en euskera Teresa Sala La suya no es una historia común. La vida de Mario Salegi Ostolaza comenzó el 17 de abril de 1918 en Donostia. En sus años de juventud estuvo afiliado a las Juventudes Comunistas y luego a Jagi Jagi. Tomó parte en la Guerra Civil como voluntario de ANV (más tarde batallón Euzko Indarra), y fue conspirador con Gran Bretaña contra Franco; también participó en las luchas internas de los nazis al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, contienda que finalizó alistado en la Marina de Estados Unidos. Exiliado político en Londres, París, México y EEUU, Salegi es ciudadano americano desde 1946. A pesar de haber conocido todo tipo de oficios destaca en este donostiarra su actividad como periodista y escritor. Colaborador de Novedades, Daily News y las editoriales Patria y Cesarman de México, fue corresponsal de La Opinión en Brasil, Guatemala, Costa Rica y Panamá. A finales de 1959 trabajó en Library Journal de Nueva York, y fundó su propia editorial unos meses después. Ha publicado "Operación Carlomagno" (Libertarias, 1988) y "Morir en Irún" (Elkar, 1980), finalista del Premio Planeta en 1977. Desde su apartamento de Manhattan, Salegi comenta que vuelve a Donostia "por lo menos una vez al año; me encantaría mudarme de una vez por todas a Euskal Herria". ¿Qué recuerdos guarda de su infancia en Donostia? Mis primeros años de vida fueron agradables y también desagradables, sin saber por qué, era consciente de que algo extraño me estaba ocurriendo. Mi madre era una joven soltera de diecinueve años cuando me tuvo. Su hermano le dijo que un hijo en esas condiciones era impensable y que me enviase a la inclusa. Para evitar perderme mi madre me llevó a casa de mi tía, que acabó convirtiéndose en una bruja para mí. Vivíamos en el muelle, y allí todo el mundo conocía a mi padre menos yo. Había unhombre que cada vez que me veía me regalaba un duro, toda una fortuna en aquellos años. Con el dinero siempre compraba libros, y me pasaba el día leyendo. Mi padre me pagaba clases en las mejores escuelas privadas de la ciudad, quería que yo fuera banquero, como él, y acudí a clases de contabilidad y delineación. Por libre yo estudié bachillerato, en el fondo yo quería estudiar filosofía y letras. ¿Cómo fue su paso por las Juventudes Comunistas de Euskadi? Yo era muy joven, tendría catorce o quince años y como militante vendía el periódico del partido, "Euzkadi Roja", para fastidiar a mi padre, que era del PNV y tomaba café en el bar Txoko. Solía ponerme en la puerta del establecimiento gritando: "Euzkadi Roja, órgano del Partido Comunista de Euzkadi". Los amigos de mi padre, que me conocían, me compraban todos los periódicos y los tiraban a la basura. Yo volvía al local del partido, recogía más ejemplares y repetía toda la operación. ¿Cuál fue la razón que le hizo darse de baja del Partido Comunista? En el verano de 1935 se celebró en París una gran conferencia antifascista organizada por los intelectuales franceses en la Mutualité. Yo acudí al acontecimiento como secretario de las Juventudes Contra la Guerra y el Fascismo. Fui con dos amigos andando desde Donostia, caminábamos 30 o 40 kilómetros al día, dormíamos en el campo, y comíamos en cualquier sitio. Tardamos 20 o 25 días en llegar. En el congreso tuve ocasión de conocer a figuras literarias como Louis Aragon, André Malraux, o André Gide. La mayoría de los presentes eran liberales, aunque también había gente de toda Europa y de la emigración alemana. El hecho que me hizo cambiar mi opinión hacia el partido fue una breve conversación con Gustav Regler, un comunista alemán refugiado en Moscú. Comentó algo que no me gustó absolutamente nada, no recuerdo bien lo que fue, pero sí sé que estaba relacionado con la "caza de brujas" en Moscú. Cuando volví a Donostia dejé las Juventudes Comunistas y empecé a acercarmea Jagi Jagi. ¿Qué opinión le merece la actualidad política de Euskadi? El problema político vasco de hoy es bastante complicado. Todo el mundo sabe que yo siento inclinación por la izquierda abertzale, aunque de la izquierda abertzale tampoco me gusta todo. Echando un vistazo a los últimos años, opino que Lizarra Garazi ha sido la mejor apuesta que se nos ha presentado. En todo momento se le ha echado la culpa a ETA del fracaso del acuerdo, pero fue Lizarra quien no hizo absolutamente nada. Hablan de "construir Euskal Herria", aunque yo creo que se debería de hablar de la "reconstrucción de Euskal Herria". ¿En qué se basaría esa reconstrucción? Euskal Herritarrok habla de la soberanía de los 7 herrialdes; yo no veo esto demasiado claro, porque en estos momentos el sur de Navarra está muy españolizado. Creo que habría que buscar una forma de atraer a Navarra a través de una política inteligente de tipo económico, cultural y educativo. En la actualidad todos hablan sobre la violencia y contra la violencia, pero yo estoy completamente seguro de que si se dieran unos pasos en firme para crear y empezar a trabajar en la reconstrucción de Euskal Herria, la violencia desaparecería, porque su existencia no tendría sentido. ¿Cuál sería el procedimiento a seguir? Desafortunadamente los vascos no somos muy abiertos, no estaría nada mal que gente de Euskadi pasara diez o veinte años en el exterior. En mi opinión es muy importante tener una visión global para poder trabajar en algo concreto. A mi juicio, el trabajo más importante sería organizar un buen sistema de educación primaria, secundaria y universitaria, con un periodo de tiempo que permitiera hablar y recibir una educación en euskara. Hay que reconstruir Euskal Herria desde la educación y la cultura. Opino que la Universidad debería enviar gente al exterior que dé con la mejor fórmula de educación que exista. Soy de los que piensa que si se va a hacer algo, hay que hacerlo lo mejor posible. En su opinión, ¿sería factiblela unidad de Euskal Herria? Pensar en este momento en la unidad de Euskal Herria me parece una utopía. A mi juicio, Euskal Herria será estado cuando haya una reforma total en Europa. Es muy importante plantear una unidad, pero también es indispensable presentar una contra propuesta. Así, yo estoy dispuesto a trabajar por una Federación Española basada en el derecho a la autodeterminación. Al mismo tiempo, abogo por la creación de un movimiento de minorías europeas unidas, capaces de hacer frente a la globalización. A su juicio, ¿cuál es el papel de la juventud vasca en el conflicto? La fuerza y la energía que tienen los jóvenes de Euskadi no existen entre ninguna otra juventud; el problema está en encaminarlas por senderos constructivos, a los jóvenes hay que darles una salida mucho más amplia e importante, de tipo cultural e intelectual. Estoy convencido de que los jóvenes vascos son mucho más fuertes que los españoles, e incluso que los estadounidenses. ¿Hasta qué punto son conscientes los vascos de la diáspora de la problemática de Euskadi? Euskal Herria se conoce muy poco en el exterior; creo que los colectivos vascos de América deberían tener la misión de desarrollar qué es Euskal Herria, para luego darlo a conocer en su lugar de residencia. Esto supondría internacionalizar el conflicto vasco. Hace dos años, en una entrevista que me hicieron abogaba por la creación de un Congreso Vasco Internacional; en él tendrían cabida vascos y americanos, y su misión sería trabajar en conjunto para dar a conocer la realidad de la problemática vasca. En Estados Unidos hay cerca de 50.000 vascos, pero entre Uruguay, Argentina y Chile hay más de medio millón, el número supera a los vascos residentes en Euskadi. Me gusta lo que está haciendo Euskal Herritarrok: una recogida de firmas para crear un carné de identidad. Me gustaría que los vascos de la diáspora tuviéramos un carné que nos permitiera volver a Euskal Herria. ¿Cree que las Euskal Etxeas de América deberían involucrarsemás? En Nueva York existe una oficina de estudios vascos que hace algunos trabajos, aunque yo creo que habría que movilizarlos más. Euskal Etxea se creó a principios de siglo, a iniciativa de los marineros de Bizkaia que llegaban hasta aquí en barco. Estos decidieron guardar un espacio que sirviera de centro de reuniones, sala de juegos, de fiestas... Hoy en día opino que están muy bien pero se centran en el folclore y los aspectos lúdicos; a este respecto sí pienso que deberían involucrarse más. Una donostiarra residente aquí y yo hemos empezado a trabajar en un proyecto de casa vasca en Nueva York, con las siguientes características: un pequeño hotel pensado para estudiantes o gente que venga de vacaciones, un restaurante vasco que ofrezca clases de cocina vasca, una sala de conferencias en la que diferentes personalidades expondrían temas relacionados con Euskal Herria, y una biblioteca bien montada que permitiera llevar a cabo tesis sobre el País Vasco. También estamos estudiando la posibilidad de crear unas oficinas cerca de las Naciones Unidas que permitieran trabajar para promocionar Euskadi a nivel internacional. Usted es ciudadano americano desde 1946, ¿recomendaría Estados Unidos como lugar de residencia? Estoy viviendo en Nueva York desde 1960, aunque también he residido en California, y en un pequeño pueblo de Wisconsin. En este país he conocido muchas cosas, he trabajado como periodista, editor, e incluso como delineante. Estuve perseguido por el macartismo que me acusó de comunista e incluso como espía ruso del Komitern. En 1975 se aprobó una ley a través de la cual todos los ciudadanos americanos que quisieran podían consultar sus expedientes. Yo pedí el mío, y me quedé alucinado por la cantidad de datos, nombres y fechas que aparecían tachados como "secret". No recomiendo Estados Unidos como país de residencia, opino que es un lugar con muchas oportunidades y del que se pueden aprender muchas cosas. A la gente que viene le digo lo siguiente: "quédateuna temporada, aprende todo lo que puedas, y vuelve a casa". Si pudiera, ¿cambiaría alguna de las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida? Acabo de recibir una carta del Gobierno Vasco a través de la cual me niegan la pensión. Esto me ha hecho pensar mucho en la injusticia que se ha cometido con los gudaris en Euskal Herria. A veces llego a pensar de esta forma. No me arrepiento de nada, no puedo quejarme, vivo bien, pero si hubiera sido un informante de los servicios secretos americanos estoy seguro de que viviría mucho mejor. Tuve una entrevista con ellos en Wisconsin, me pidieron que fuera testigo en Washington contra la Brigada Internacional. Les respondí que sobre mí podía contarles todo lo que quisieran pero que sobre el resto no tenía ni idea. Esto ocurrió hacia 1950, más tarde llegaron las vigilancias, los teléfonos pinchados... nunca les di razones para que me acusaran. Fotografías: Oihana Pagola Euskonews & Media 87.zbk (2000 / 7 / 14 21) gratuita | Abonnement gratuit | Free subscription Eusko Ikaskuntzaren Web Orria webmaster@euskonews.com http://ikaskuntza.org/cgiBanner/banner.cgi?datos=masters&link=www.eusko ikaskuntza.org/masters/index.htm http://ikaskuntza.org/
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